En 1945 el Gobierno de Francia expropio la empresa Renault a su dueño y fundador Louis Renault. Sin embargo el propio empresario y su familia continuaron peleando la posibilidad de obtener una indemnización o incluso dar marcha atrás contra esta decisión.
En 2012 un tribunal francés decidirá si tiene sentido la reclamación que ahora está en manos de los nietos de Louis Renault para reparar la imagen de su abuelo. Besándose en una norma jurídica que se instituyo a partir del año 2010, la cual permite impugnar leyes. En este caso, la impugnación sería consecuencia de no haberse respetado el derecho a la propiedad. Sin embargo, el Gobierno francés reclama que los hechos han prescrito, sin el interés de remover los años oscuros, en los que le fue arrebatada a Renault su empresa.
Para lo que retrocederemos en el tiempo hasta la Primera Guerra Mundial, una época donde el fundador de Renault se encontraba en momentos de auge como empresario e inventor. Momentos en los que Renault colaboró con su patria, ayudando a transportar a la guarnición de París al frente en septiembre de 1914, la mayoría con autos de su marca. Se les conoció como los “taxis del Marne”. Además de su contribución bélica con el tanque ligero Renault FT 17.
Louis Renault fue condecorado con la Gran Cruz de la Legión de Honor. Su pequeño imperio, iniciado en 1899 con sus hermanos, donde empleaban a 20.000 personas ya en 1928, como una de las grandes empresas francesas.
Tiempos también, en los que los alemanes salían muy mal del Armisticio de 1918, donde los aliados forzaron unas condiciones muy duras para la rendición: expropiaciones territoriales, fuertes indemnizaciones, recorte de su ejército y un largo etc… Lo que acabó propiciando, en el transcurso de los años, el ascenso del nacionalsocialismo, el auge de Hitler y las ganas de tomar revancha. Durante la Primera Guerra Mundial, Alemania se quedó atascada en una guerra de trincheras, al igual que los franceses, ingleses e italianos. Fue una guerra de desgaste, en la que no hubo grandes avances. Los militares germanos no quisieron repetir la Historia y para la revancha pensaron las cosas masss a fondo.
Con los mandos militares de Hitler poniendo en práctica una guerra relámpago, conocida como Blitzkrieg, que consistía en atacar muy duro y muy rápido con la aviación, caballería, artillería e infantería fuertemente motorizada (tanques). Logrando las primeras conquistas de la Alemania nazi de forma increiblemente rápida. Dinamarca cayó en un solo día. Los ingleses y franceses fueron incapaces de hacer frente a la supremacía bélica alemana y se vieron completamente desbordados. Mediante movimientos en hoz (Operación Sichelsnitt), bordearon las fortificaciones francesas de la Línea Maginot, proporcionando a los galos una derrota sin precedentes.
Francia es ocupada en un mes y las tropas alemanas entran en París el 14 de junio de 1940. Para evitar una matanza, los franceses piden el armisticio. Los alemanes, que mantenían un gran recelo en su memoria, obligaron a firmar la capitulación francesa en el mismo vagón de tren donde se firmó la rendición alemana de 1918 (la humillación de Compiègne). Ordenando luego Hitler destruir el vagón y Alemania impuso a Francia unas aplastantes condiciones: gastos de ocupación a cuenta de los franceses, la obtención de tres quintas partes del territorio ocupado, ejército recortado, marina desmilitarizada, y obviamente, los alemanes utilizaron a su antojo el tejido industrial francés. Lo que nos lleva de nuevo a Renault, donde tal vez por la fuerza o movido por sus intereses, es obligado a “colaborar” con el Tercer Reich, utilizando sus industrias para la producción bélica alemana.
Eso dura hasta 1944, cuando Francia es liberada fundamentalmente por el ejército de Estados Unidos en el verano de ese año. Tras la estampida de las tropas nazis, a Renault le queda el descalabro de su imagen. Además de su enfermedad de afasia desde 1942, después de la guerra es acusado de colaboración, con lo que la prensa fue implacable. A tal grado, que se presentó voluntariamente ante un juez, el que no titubeo en inculparlo y encerrarlo en Fresnes en Septiembre de 1944.
Lugar en el que un mes despues, recibe por instrucciones de su mujer la visita de un médico. Detectando en el industrial francés un traumatismo craneal y una aguda crisis- urémica, trasladándolo así a un hospital psiquiátrico y después a una clínica parisina. El 24 de octubre de 1944 Renault fallece, sin haber tenido ningún juicio. Existen fuertes indicios de que fue maltratado en prisión y las investigaciones oficiales no arrojan mucha luz sobre ello, pero el 1 de enero de 1945, el imperio Renault es nacionalizado por el Gobieno provisional.
Es decir, que la empresa fue arrebatada a sus herederos, en lo que de nada sirvió que Louis (el presunto colaboracionista Nazi) hubiese fallecido, y la expropiación siguió adelante. Así, sus nietos siguen considerando que fue una injusticia. Incluso una ley del 29 de julio de 1967 ya reconoció que la familia de Renault merecía una indemnización, pero ahí quedó la cosa. Hoy, Renault emplea a unas 120.000 personas, es uno de los tres principales fabricantes de automóviles de Francia. Permaneció en manos del Gobierno de Francia hasta 1986, cuando se empezó su privatización. Con lo que en solo 10 años, Renault ya era mayoritariamente de capital privado, pero aún hoy el Gobierno es accionista. Es, por lo tanto, imposible que los herederos de Louis Renault recuperen la empresa de su abuelo completa.
Sin embargo, si la reivindicación de la familia prospera, la reparación económica podría ser bastante sustancial. La participación del Gobierno francés en Renault es del 15,7%, una considerable suma de dinero. Renault tiene una capitalización en bolsa de casi 7.700 millones de euros. Es un hecho que Renault colaboró con Alemania. Pero también hay que tomar en cuenta que en esa época, los alemanes no pedían las cosas por favor. Tal vez, le habría salido masss rentable a Louis Renault oponerse y pasar a la Historia como un renegado que recibió un disparo por su descortesía con los invasores. Pero sus fábricas habrían colaborado igualmente con Alemania, en tiempo de guerra no se fabrican autos para particulares. En su momento, se le echó en cara a Louis Renault haber producido “notablemente insuficiente” para su país en la Primera Guerra Mundial y las entreguerras, pero que en la SGM su colaboración respecto a Alemania fue “particularmente significante”, De Gaulle dixit en 1946. Por otra parte, Renault no colaboró con la resistencia francesa, y a diferencia de Citroën y Peugeot, tampoco provocó sabotajes en sus fábricas para entorpecer el suministro bélico a los invasores. Renault produjo camiones y reparó tanques para la Wehrmacht (ejército alemán). La verdad es difícil de juzgar, porque no hubo un juicio justo contra Renault. Sin embargo el 11 de enero de 2012 conoceremos si el recurso de la familia prospera, e igual, Francia tiene que reconocer que no trató bien a su antaño condecorado ciudadano, que pasó de héroe a villano en muy poco tiempo…
Publicado por:
Jesus Agustin
15 diciembre 2011
La Familia Renault continúa su pleito con el gobierno de francia
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