La compañía Japonesa que fue conocida por su calidad y confiabilidad, ahora se encuentra sumergida en una de las crisis masss grandes de la historia automotriz junto con la verdad que parece haber desaparecido en México. La representación de Toyota en México reunió a todos los medios especializados de la industria automotriz del pais para dar un informe sobre el alcance del afamado “recall” así como las estrategias destinadas para resolver el problema en territorio nacional.
Además de escuchar lo que todo mundo sabíamos sobre los trágicos accidentes que destaparon la cloaca, los directivos de la empresa en México reconocieron que el problema había alcanzado a nuestro mercado pero trataron de minimizar la situación dando cifras y comentarios algo confusos. Curiosamente, mientras que en otros países afectados por el denominado por algunos como “pedalgate”, los gobiernos se encuentran muy ocupados debido a la seriedad del asunto. En México Toyota se encuentra trabajando con las autoridades nacionales competentes en la materia.
Para nuestro país Profeco es dicha autoridad, sin embargo todos sabemos que la misma se encarga de promover y proteger los derechos del consumidor, fomentando el consumo inteligente para procurar equidad y seguridad jurídica en las relaciones entre proveedores y consumidores.
Por lo mismo pensamos que la dependencia no está capacitada para revisar la seguridad de los autos como lo hace la NHTSA en Estados Unidos.
Pero por si lo anterior no fuera suficiente, Toyota Motor Sales México volvió a caer en un error al asegurar que no todos los modelos mencionados en su comunicado eran susceptibles a fallas debido a la existencia de dos proveedores distintos, CTS y Denso.
Lo curioso, es que las declaraciones dadas por los directivos mexicanos no coinciden con las palabras del vicepresidente encargado del control de calidad de Toyota, el Sr. Shinichi Sasaki. Toyota comparte la culpa del problema con el “Fabricante chino CTS” porque el diseño se llevó a cabo en conjunto.
Vemos claramente la intención de tratar de suavizar las cosas y no despertar el pánico entre los consumidores, pero la realidad es que para poder enfrentar un problema como estos lo mejor es ser transparente con la gente que te tendió la mano confiando en tu producto y tu marca. Ante tal panorama es preferible aceptar que la compañía buscando un mayor número de ventas, se confió en la alianza relazada con el “Fabricante chino CTS”, dejando a un lado la consistencia y calidad que los caracterizavan.
Es momento de que Toyota actúe en base a la verdad y deje de poner a sus clientes en riesgo aplazando los llamados por temas burocráticos. El problema no puede esconderse, pero si se puede solucionar.
Publicado por:
Jesus Agustin
08 febrero 2010
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