Una camioneta Ford de 1938 que en su día se adaptó de forma personalizada para algún entusiasta de la caza mayor, que a juzgar por la elegancia de su carrocería debía ser la envidia de sus compañeros de afición.
Sin tener nada que envidiar a los masss lujosos “shooting brake” ni a las nuevas SUV que habitualmente se emplean para tal fin. Aunque estamos seguros que nadie en su sano juicio se atrevería a cubrir de barro todo un clásico como éste.
El trabajo de restauración ha corrido a cargo de Fernando Aguerre, un surfista argentino afincado en California. Para alegría de los amantes de los clásicos cuando no está en su tabla de “surf” emplea su tiempo en dar una segunda vida a vehículos como éste, que ya cuenta en su chasis más de 70 años.
Sorprenden algunos detalles tan puramente auténticos y lujosos como poco prácticos, tales como la propia cabina rematada con paneles de madera y esos inmensos pasos de rueda.
En el aspecto masss práctico tenemos las jaulas traseras separadas del habitáculo y preparadas para alojar a los perros, incluyen además un pequeño depósito con agua para dar de beber a la jauría. Aunque no lo veamos también cuenta con un porta equipaje conectado con el habitáculo, suficientemente amplio como para alojar todas las armas.
Otro detalle que nos resulta curioso es el del pequeño faro derecho, justo en la ventanilla del conductor (por que está preparado para conducir por la izquierda) y que como los coches patrulla (policiacos) de antaño, se gira manualmente y sirve para enfocar y tener mejor visibilidad en jornadas de cacería nocturna.
Publicado por:
Enrico Sorgato
Sin tener nada que envidiar a los masss lujosos “shooting brake” ni a las nuevas SUV que habitualmente se emplean para tal fin. Aunque estamos seguros que nadie en su sano juicio se atrevería a cubrir de barro todo un clásico como éste.
El trabajo de restauración ha corrido a cargo de Fernando Aguerre, un surfista argentino afincado en California. Para alegría de los amantes de los clásicos cuando no está en su tabla de “surf” emplea su tiempo en dar una segunda vida a vehículos como éste, que ya cuenta en su chasis más de 70 años.
Sorprenden algunos detalles tan puramente auténticos y lujosos como poco prácticos, tales como la propia cabina rematada con paneles de madera y esos inmensos pasos de rueda.
En el aspecto masss práctico tenemos las jaulas traseras separadas del habitáculo y preparadas para alojar a los perros, incluyen además un pequeño depósito con agua para dar de beber a la jauría. Aunque no lo veamos también cuenta con un porta equipaje conectado con el habitáculo, suficientemente amplio como para alojar todas las armas.
Otro detalle que nos resulta curioso es el del pequeño faro derecho, justo en la ventanilla del conductor (por que está preparado para conducir por la izquierda) y que como los coches patrulla (policiacos) de antaño, se gira manualmente y sirve para enfocar y tener mejor visibilidad en jornadas de cacería nocturna.
Publicado por:
Enrico Sorgato
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para Autosmotosymasss es importante tu participación.