Paul Newman además de ser un gran icono de Hollywood, era uno de los personajes importantes masss aficionado al automovilismo y a la competición. Una afición que lo llevó mucho masss allá del cine, donde realizo películas que aún hoy son clásicos del mundo motor.
El actor participo en numerosas carreras, e incluso logro el triunfo en las 24 Horas de Daytona ya entrado en años. En su poder también figuraba la copropiedad del equipo Newman/Haas Racing de la Champ Car/Indy, por lo que no estamos hablando de alguien que pasara por el mundo del automovilismo y la competición como un mero capricho momentáneo.
En este 2011 tras su fallecimiento hace aproximadamente dos años y medio, continua en la lista de los famosos y los autos. Ahora con uno de los autos que formó parte de su vida, y que está en venta. Se trata del Volkswagen Beetle de 1963 (bastante especial). Un Beetle muy especial, por toda su historia y por contar con una extensa y exclusiva preparación para esta unidad realizada por Jerry Eisert, convirtiéndolo en un auto de carreras con un motor V8 en la parte trasera y 300 CV de potencia. En consecuencia con la rareza de la que hace gala, su precio también es bastante elitista: 250.000 US dólares (178.000 euros).
La historia comienza tras el rodaje de la película “Winning“, estrenada en el año 1969 y renombrada como “500 Millas” en el doblaje al castellano. Esa película, recomendable para todo amante del motor, supuso un punto de inflexión en la vida de Paul Newman, acercándolo masss al mundo del automovilismo, algo que lo acompañaría hasta su fallecimiento. Por lo que, pondría en las manos de Jerry Eisert, como el gran constructor de la Indycar, este Volkswagen convertible de 1963 para darle un “facelift” tan profundo que costaría reconocerlo.
Convirtiendo este Beetle cabrio en un auto de carreras camuflado bajo un exterior relativamente discreto. En la parte trasera se montó la mecánica V8 Ford Windsor, con 300 CV, acoplada a una caja de cambios ZF de cinco relaciones. Tuvieron que eliminar el asiento posterior para poder dar cabida al motor, situado en posición central-trasera y la refrigeración también fue totalmente retocada, ahora siendo líquida con nuevos radiadores situados bajo las tapas del motor y la frontal. Además de recibir en el tren de rodaje una nueva suspensión deportiva.
Considerado como un capricho de Paul Newman, al que le guardaba mucho cariño. Años después, el actor donó este ejemplar único al departamento de tecnología de la automoción del Chaffey College, en California, donde se siguieron sucediendo las modificaciones y los cambios, como la pintura exterior o las ruedas Keystone cromadas.
Cuando la institución educativo cerró ese departamento, el jefe compró el Beetle y lo restauró a su estado original, con la intención de mostrárselo a Newman, pero tristemente el actor falleció antes de que el proyecto estuviese finalizado. Ahora, su dueño vende este parte de historia rodante a través de OldBug.com.
Publicado por:
Jesus Agustin
El actor participo en numerosas carreras, e incluso logro el triunfo en las 24 Horas de Daytona ya entrado en años. En su poder también figuraba la copropiedad del equipo Newman/Haas Racing de la Champ Car/Indy, por lo que no estamos hablando de alguien que pasara por el mundo del automovilismo y la competición como un mero capricho momentáneo.
En este 2011 tras su fallecimiento hace aproximadamente dos años y medio, continua en la lista de los famosos y los autos. Ahora con uno de los autos que formó parte de su vida, y que está en venta. Se trata del Volkswagen Beetle de 1963 (bastante especial). Un Beetle muy especial, por toda su historia y por contar con una extensa y exclusiva preparación para esta unidad realizada por Jerry Eisert, convirtiéndolo en un auto de carreras con un motor V8 en la parte trasera y 300 CV de potencia. En consecuencia con la rareza de la que hace gala, su precio también es bastante elitista: 250.000 US dólares (178.000 euros).
La historia comienza tras el rodaje de la película “Winning“, estrenada en el año 1969 y renombrada como “500 Millas” en el doblaje al castellano. Esa película, recomendable para todo amante del motor, supuso un punto de inflexión en la vida de Paul Newman, acercándolo masss al mundo del automovilismo, algo que lo acompañaría hasta su fallecimiento. Por lo que, pondría en las manos de Jerry Eisert, como el gran constructor de la Indycar, este Volkswagen convertible de 1963 para darle un “facelift” tan profundo que costaría reconocerlo.
Convirtiendo este Beetle cabrio en un auto de carreras camuflado bajo un exterior relativamente discreto. En la parte trasera se montó la mecánica V8 Ford Windsor, con 300 CV, acoplada a una caja de cambios ZF de cinco relaciones. Tuvieron que eliminar el asiento posterior para poder dar cabida al motor, situado en posición central-trasera y la refrigeración también fue totalmente retocada, ahora siendo líquida con nuevos radiadores situados bajo las tapas del motor y la frontal. Además de recibir en el tren de rodaje una nueva suspensión deportiva.
Considerado como un capricho de Paul Newman, al que le guardaba mucho cariño. Años después, el actor donó este ejemplar único al departamento de tecnología de la automoción del Chaffey College, en California, donde se siguieron sucediendo las modificaciones y los cambios, como la pintura exterior o las ruedas Keystone cromadas.
Cuando la institución educativo cerró ese departamento, el jefe compró el Beetle y lo restauró a su estado original, con la intención de mostrárselo a Newman, pero tristemente el actor falleció antes de que el proyecto estuviese finalizado. Ahora, su dueño vende este parte de historia rodante a través de OldBug.com.
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