Diseñado en el estudio de Mazda en Oberursel, Alemania, el MX-5 Superlight Version pude ser el primer paso en una nueva evolución del roadster biplaza más popular del mundo, que lleva más de 20 años a la venta.
Se trata de un speedster masss ligero, basado en el pequeño deportivo Miata MX-5. El jefe de diseño de Mazda en Europa “Peter Birtwhistle”, se muestra entusiasmado con su nueva creación: “Llevaba mucho tiempo deseando fabricar un coche así, ahora que la reducción de peso se impone en la industria podemos crear el coche ligero del futuro”.
El desarrollo y diseño del prototipo se ha llevado a cabo en las instalaciones de Mazda en Alemania. En sus talleres se ha partido de un Mazda Miata MX-5 de 1.8 litros y se ha empezado a modificar. El parabrisas ya no existe y tanto el piloto como el copiloto están de cara al viento.
Tras los asientos, las dos jorobas ayudan a reducir turbulencias. La limpieza de líneas del prototipo es destacable, con detalles retro como la ausencia de retrovisores laterales, sustituidos por un único espejo retrovisor de aluminio y fibra de carbono, montado al frente.
La parte frontal del auto se ha extendido hasta el habitáculo, contando con la mayoría de sus partes fabricadas en fibra de carbono. El habitáculo es reducido, pero al mismo tiempo refinado. Los asientos deportivos están forrados en el mismo cuero que el volante o la palanca de cambios, asi como el resto del interior.
Su estructura realizada en fibra de carbono, logra que su peso se reduce al máximo. Los revestimientos de las puertas ya no existen, ocupa su lugar un bonito tirador. Se elimina aislamiento acústico y equipamiento como el aire acondicionado o la ventilación.
Para su propulsor no hay sorpresas, sólo el motor 1.8 atmosférico de 126 CV (167 Nm) del MX-5 básico, asociado a una caja de cambios manual de 5 relaciones y la misma propulsión trasera.
El coche se asienta sobre llantas de aleación ligera, con 17 pulgadas (las mismas del MX-5 2.0). Lleva un nuevo equipo de frenos, con discos ventilados delanteros de 300 mm y traseros de 280 mm. El sistema de amortiguación independiente corre a cargo de Bilstein, que ha dotado al coche de amortiguadores rebajados de especificaciones deportivas.
Su sonido mejora con un escape Mazdaspeed y una nueva admisión permite al propulsor respirar mejor. Todos estos cambios redundan en que el peso final del deportivo es de sólo 995 kg, similar al de un utilitario pequeño. Las prestaciones son buenas, una aceleración de 0 a 100 km/h en 8.9 segundos. Un segundo menos que el Mazda MX-5 1.8, casi 100 kg más pesado de serie con un peso en vacío de 1.080 kg (aunque mucho más equipado).
Además, es un coche creado para disfrutar de la conducción, enlazando curvas con precisión y agilidad. Los consumos también son contenidos, con una media de 6.3 l/100 km (emisión de CO2 de 150 g/km). Mazda no tiene intenciones de producirlo en serie, pero quién sabe, quizá se animen a ello a modo de edición limitada. Sería un regalo ideal de 20º aniversario para los fanáticos de la marca.
Publicado por:
Enrico Sorgato
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