Ahora su destino será las galerías de arte y quien sabe si en un futuro la colección privada de algún excéntrico millonario. Alejado de la carretera, los lugares de diversión VIP y las miradas del resto de conductores envidiosos.
Un buen día Anthony James sale a dar un paseo con su Ferrari y lo estrellas contra un árbol. Por suerte consiguió salvarse pero su cavallino rampante estallo en llamas hasta quedar reducido a hierros retorcidos, y plástico derretido.
Cualquier persona tal vez preferiría no verlo, y enviarlo directamente a un “junker” o a una máquina compactadota que lo convirtiese en materia prima para tornillos. Pero Anthony James decidio que su Ferrari F355 Spider se podía convertir en una de sus obras de arte.
Metiendo los restos de lo que fuera su convertible en una urna de metacrilato, utilizando neones que generan una atmósfera atractivamente macabra. Donde cualquier “fan” de los super-autos vería dolor, otros encuentran “arte”.
Para su creación Anthony James limpio bastante los restos requemados del Ferrari F355 Spider siniestrado, de hecho, como se puede ver el super-deportivo italiano quedó bastante maltrecho después de empotrarse contra el árbol y su pintura simplemente desapareció.
En fin, todo es de acuerdo a la perspectiva que cada quien tenga sobre esta creación, donde Anthony encontró “Arte Moderno” otros podrán ver “Basura”.
Publicado por:
Enrico Sorgato
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