14 noviembre 2011

Holden Hurricane 1969

La marca australiana Holden, se conocía como un fabricante independiente que realizaba autos de excelentes características, mismos que siguió desarrollando después de su unión con GM.


Pero aun dedicandose a vender modelos de GM (con algunas variantes), durante los 60’s, Holden creaba y experimentaba con ideas futuristas plasmadas en psicodélicos prototipos que buscaban la vanguardia para todos los amantes del mundo del motor, algunos tan exóticos (para la época) como el Hurricane.


El Holden Hurricane (como casi todos los prototipos), fue concebido como un super-auto avanzado para su época, pero quizás podríamos decir que Holden quiso ir un paso masss allá. El Hurricane, con nombre en clave RD 001, era una especie de laboratorio sobre ruedas que gracias a su presentación en el Salón de Melbourne en 1969, sirvió para estudiar las tendencias de diseño del momento y los sistemas de propulsión (entre otras cosas) a largo plazo.


El super-auto fue un éxito, cuando todos los flash, miradas y comentarios fueron dirigidos a este prototipo. Es por ello que Holden ha querido rendir homenaje al Hurricane desempolvando sus planos de diseño y restaurarlo por completo con las técnicas de fabricación que tenemos hoy en día.


Este proceso de rejuvenecimiento comenzó en el 2006 siendo lo primero en trabajarse la carrocería, realizada en fibra de vidrio, la cual comprende tres partes: la tapa del motor, cubierta de la cabina y el resto. Lo que masss llama la atención sin duda es la apertura de su cabina, accionada gracias a un sistema hidráulico que la levanta hacía arriba y desplaza hacia adelante para permitir la salida de sus ocupantes.


Otra parte importante del Hurricane se desarrolló para su propulsion, montándose un expectacular V8 de 4.200c.c. capaz de proporcionar 262 CV. de potencia, algo sin duda bastante serio para la época. Gracias a su diseño y peso, Holden estimaba que el Hurricane podría alcanzar de 0 a 100km/h en 5.3 segundos o 13 segundos para cubrir los 0-400 metros, algo equiparable a muchos de los deportivos de hoy en día.


También equipaba soluciones tecnológicas que en aquella época eran impensables, como su coeficiente aerodinámico, la pintura metalizada, jaula antivuelco, sistema de aviso de incendio, depósito de combustible forrado con espuma o un sistema de navegación que supuestamente funcionaba gracias a imanes colocados en la carretera para guiar al conductor. Además informaba al conductor visual y acústicamente de las señales (podríamos decir que es el padre de los GPS modernos).

Así, todos los materiales y diseño respetaron su construcción original, incluyendo esa llamativa pintura metalizada en color naranja.

Publicado por:
Narciso Algami