En 1981 Renault lanzaba al mercado francés el 5 Turbo preparado por Alpine, un auto basado en el R5 y del que solo conservaban sus características básicas, como el chasis, y un parecido exterior bastante razonable.
El R5 turbo o Maxi turbo como se le conoció en su versión masss potente, se diseñó dirigido hacia la competición en Rally, concretamente, para englobarlo dentro del grupo “Gr4”. Con la incorporación de un motor mucho mayor al que mantenía el R5, este se tuvo que situar en la parte trasera, siendo esta otra de las características que le aportaba al super-auto de Renault la posibilidad de manejar espacio para solo dos ocupantes.
Aunque al principio solo se iban a construir unas escuetas 400 unidades, las mínimas que el reglamento exigía, debido al aluvión de pedidos Renault decidió llevarlo a la producción en serie, amortizando así el costo que se invirtió en su desarrollo.
El motor era el conocido 4 cilindros de 1397cc. con la culata del R5 Alpine, pero en el caso de este modelo, con un turbo “Garrett T3”, que soplando a 0’85 bar de presión desarrollaba la potencia en 160 CV ayudado por una inyección “Bosch K-Jetronic”. El R5 turbo estaba equipado además con una caja de cambios de 5 velocidades.
El sistema de suspensión se había readaptado, conservando la estructura original de brazos superpuestos adelante con barras de torsión pero sustituyendo a estas por muelles helicoidales concéntricos al amortiguador para la parte trasera.
Al cambiar la ubicacion del propulsor se ralizo el particular ensanche de la parte trasera, que da a este super-auto su forma tan peculiar. El motor se situaba en posición central transversal para equilibrar al relación de peso, siendo el reparto final del 40% adelante y el 60% para la parte trasera.
Aunque no nació para competir en el grupo B, en 1985 se creó una versión del R5 turbo, que en manos de Jean Ragnotti daría mucho de que hablar, y a la que se llamó Maxi turbo.
Su motor aumentó entonces hasta los 1.5 litros de cilindrada y su potencia hasta los 350 CV a 6500 rpm, cifra de revoluciones a la que obtenía su máximo par, de 420Nm.
También se le sustituyó el sistema de inyección por otro sistema de mando mecánico Bosch, pero con control electrónico diseñado por Renault Sport y el turbo se convirtió en un “Garrett T4/T3” capaz de soplar a 2’85 bar. Para refrigerar la turbina Renault Sport dotó al Maxi turbo de un intercooler aire/agua que se situaba en la parte delantera del auto. Todas estas modificaciones se asentaban sobre un chasis que dejaba el peso final en 905 Kg con lo que la relación peso-potencia era de 2.58 Kg/Cv.
Debido a su corta distancia entre ejes el Maxi turbo era un super-auto algo inestable a alta velocidad, apoyado esto por su propulsión exclusiva a las ruedas traseras, pero era esto mismo lo que lo convertía en inalcanzable, donde las curvas estrechas y lentas primaban por encima de las abiertas.
Su comedido radio de giro y extrema potencia hacían que en los codos cerrados se pudiera ver entrar el frente con firmeza, y después con un golpe de gas, la parte trasera se acababa de encarar.
No es de extrañar que el R5 Maxi turbo solo ganara la carrera de su debut, en manos de Ragnotti, el Tour de Corse de 1985. Lamentablemente este modelo desapareció al año siguiente con la extinción del Grupo B de Rallys en el que estaba inscrito.
Sin embargo el español Carlos Sainz, bicampeón del mundo llevó esta maquina pintada con los colores de Renault Madrid en el campeonato de España de Rallys desde 1983 a 1986.
Publicado por:
Emilio R. Covelo
El R5 turbo o Maxi turbo como se le conoció en su versión masss potente, se diseñó dirigido hacia la competición en Rally, concretamente, para englobarlo dentro del grupo “Gr4”. Con la incorporación de un motor mucho mayor al que mantenía el R5, este se tuvo que situar en la parte trasera, siendo esta otra de las características que le aportaba al super-auto de Renault la posibilidad de manejar espacio para solo dos ocupantes.
Aunque al principio solo se iban a construir unas escuetas 400 unidades, las mínimas que el reglamento exigía, debido al aluvión de pedidos Renault decidió llevarlo a la producción en serie, amortizando así el costo que se invirtió en su desarrollo.
El motor era el conocido 4 cilindros de 1397cc. con la culata del R5 Alpine, pero en el caso de este modelo, con un turbo “Garrett T3”, que soplando a 0’85 bar de presión desarrollaba la potencia en 160 CV ayudado por una inyección “Bosch K-Jetronic”. El R5 turbo estaba equipado además con una caja de cambios de 5 velocidades.
El sistema de suspensión se había readaptado, conservando la estructura original de brazos superpuestos adelante con barras de torsión pero sustituyendo a estas por muelles helicoidales concéntricos al amortiguador para la parte trasera.
Al cambiar la ubicacion del propulsor se ralizo el particular ensanche de la parte trasera, que da a este super-auto su forma tan peculiar. El motor se situaba en posición central transversal para equilibrar al relación de peso, siendo el reparto final del 40% adelante y el 60% para la parte trasera.
Aunque no nació para competir en el grupo B, en 1985 se creó una versión del R5 turbo, que en manos de Jean Ragnotti daría mucho de que hablar, y a la que se llamó Maxi turbo.
Su motor aumentó entonces hasta los 1.5 litros de cilindrada y su potencia hasta los 350 CV a 6500 rpm, cifra de revoluciones a la que obtenía su máximo par, de 420Nm.
También se le sustituyó el sistema de inyección por otro sistema de mando mecánico Bosch, pero con control electrónico diseñado por Renault Sport y el turbo se convirtió en un “Garrett T4/T3” capaz de soplar a 2’85 bar. Para refrigerar la turbina Renault Sport dotó al Maxi turbo de un intercooler aire/agua que se situaba en la parte delantera del auto. Todas estas modificaciones se asentaban sobre un chasis que dejaba el peso final en 905 Kg con lo que la relación peso-potencia era de 2.58 Kg/Cv.
Debido a su corta distancia entre ejes el Maxi turbo era un super-auto algo inestable a alta velocidad, apoyado esto por su propulsión exclusiva a las ruedas traseras, pero era esto mismo lo que lo convertía en inalcanzable, donde las curvas estrechas y lentas primaban por encima de las abiertas.
Su comedido radio de giro y extrema potencia hacían que en los codos cerrados se pudiera ver entrar el frente con firmeza, y después con un golpe de gas, la parte trasera se acababa de encarar.
No es de extrañar que el R5 Maxi turbo solo ganara la carrera de su debut, en manos de Ragnotti, el Tour de Corse de 1985. Lamentablemente este modelo desapareció al año siguiente con la extinción del Grupo B de Rallys en el que estaba inscrito.
Sin embargo el español Carlos Sainz, bicampeón del mundo llevó esta maquina pintada con los colores de Renault Madrid en el campeonato de España de Rallys desde 1983 a 1986.
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Emilio R. Covelo
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