Si mezclamos lo mejor de Rolls-Royce con lo mejor del carrocero frances “Labourdette”. Encontraremos las bellezas masss exclusivas que podemos imaginar como amantes de los autos clásicos, como éste “Phantom III” de 1939.
En realidad se trata de un Rolls Sedanca deVille cuya carrocería fue reconstruida por completo tras la Segunda Guerra Mundial por el extinto carrocero parisino Henri Labourdette, siendo este su último trabajo realizado.
El Rolls-Royce Phantom III diseñado por Labourdette incluye uno de los detalles que masss pueden sorprender en un cabrio de esta época: el parabrisas carente de marco. Este sistema fue patentado por Labourdette y se convirtió en una de las caracteristicas de identidad de sus carrocerías.
Logrando su máximo esplendor en este clásico único que aún se conserva como el día en que se construyó (obviamente restaurado) y que sigue cautivando a cualquiera que se pueda cruzar con él.
Tanto el chasis como la mecánica sigue siendo Rolls-Royce, aunque el único disyintivo que queda visible de la marca británica son unas pequeñas marcas en las puertas, y por supuesto el emblema “del espíritu del éxtasis” sobre el frontal. El motor que propulsa esta joya es un V12 de 7.3 litros, y para su mecánica contaba con suspensiones independientes con amortiguadores hidráulicos ajustables.
Hoy en día el Rolls-Royce Phantom III sigue siendo considerado uno de los mejores vehículos de la historia, pero a nadie se le escapa que lo que consiguió “Labourdette” roza la perfección y que durante muchos años masss seguirá siendo objeto de todas las miradas en los concursos y exposiciones masss importantes del mundo, como: el de Elegancia de Pebble Beach y Villa d’Este.
Publicado por:
Emilio R. Covelo
13 agosto 2010
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